Cap.1 : Pensamientos.
Ahí estaba Yo empezando otra aburrida mañana de instituto, era la alumna promedio, con una vida promedio y aburrida. Lo único que me hacia un poco más interesante era que mi novio era el chico más popular del colegio, todas las chicas trataban de entablar conversación conmigo solo porque querían acercarse al mundo de súper popularidad en el que estaba sumergida, en realidad no tenía ninguna verdadera amiga si eso servía de algo, pero al parecer eso no importaba mucho cuando se trata de mi.

Desde que mis padres habían cambiado de país, a estados unidos siendo más específicos, por temas económicos yo había tratado de ser la misma de siempre, mi padre tenía un buen trabajo en Indianápolis ciudad central de indiana, la verdad yo no recordaba mucho de mi estadía en mi país de origen ya que era muy pequeña, mi hermana recordaba un poco mas pero no me servía de mucha ayuda ya que no éramos tan apegadas y menos ahora que ella se había ido a la universidad, pero bueno desde hace dos años mi vida se había convertido en un completo asco (según yo) a mi padre lo habían trasladado a Delaware por una nueva sucursal que habían abierto, para ser más específicos llegue a la ciudad de Dover, en el condado de Kent. Es un lindo lugar y muy tranquilo.

Estaba tan sumergida en aquella atmosfera que ya ni yo misma me reconocía, de hecho ni siquiera sabía que esperar de mi, había cambiado mucho desde que llegue a esta ciudad, de ser la chica rara (pero feliz) que le gustaba la mitología, lo mágico y lo prohibido, había pasado a ser la Novia del chico guapo de la ciudad. Para cualquier chico había pasado desapercibida pero para el No, en su momento me sentí especial, pero ahora todo era monótono se había convertido solo en rutina una rutina que se hubiese terminado si hubiese tenido el valor de hacerlo, pero el solo hecho de pensar que podía herir sus sentimientos me hacia estremecer de culpa. Lo quería pero ya no de la misma forma, ahora él para mí era más un amigo que un novio.

Cristian era muy guapo, siempre lo había visto como algo inalcanzable para alguien como yo, por eso cuando me pidió que fuera su novia al principio lo rechace por miedo a que solo fuera una apuesta, pero luego me di cuenta que realmente estaba interesado en mí.

Todos los días era lo mismo, nos encontrábamos en la mañana en la esquina del instituto nos besábamos como muestra de un saludo, caminábamos a clases y me dejaba en la puerta de mi sala, a la hora de colación nos sentábamos juntos en la mesa de “los populares” llena de gente tan superficial que casi me mataba del aburrimiento, luego me conducía guiada de su mano de vuelta a clases hasta que llegaba el fin del día y me llevaba a casa, donde se quedaba hasta tarde conmigo, ambos sentados en el living conversando o solo viendo televisión. A veces me preguntaba porque habíamos cambiado tanto, llegados a un punto que ya no me parecía el chico interesante y jovial que había conocido hace dos años atrás.

Mi madre por supuesto estaba orgullosa de que hubiera encontrado un chico tan centrado y responsable, para ella el solo hecho de que yo le planteara la idea de dejar de ser su novia era horrorosa.

-Nunca encontraras a alguien tan bueno como el – dijo esta mañana.

-Lo sé mamá, pero es que no estoy siendo justa con mis sentimientos, a veces no sé si quiero estar con él realmente.

- Mi niña no seas tonta, todas las parejas tienen crisis, y más aun cuando son jóvenes e inmaduros como ustedes. Vamos vete al instituto o llegaras tarde.

Tenía la impresión, no, mejor dicho estaba segura de que mi madre creía que aun era una niña pequeña que debía ser guiada por ella para tomar la decisión correcta. Me molestaba que pensara esto de mi, ¿Qué acaso no se daba cuenta que ya había crecido? ¿No entendía que yo era capaz de ser madura y tomar mis propias decisiones?

Sonó el timbre y ahí estaba el esperándome en el pasillo con sus ojos Pardos tan grandes, que casi podías perderte en su profundidad, pero esto ya no me emocionaba tanto como la primera vez que los había visto.

-Hola amor, ¿cómo te fue en tu clase de Ingles?

-Pésimo, realmente estoy segura que el ingles no es lo mío. Y ¿Qué tal te fue a ti?- le pregunte más que nada por tener algún tema, porque ya sabía la respuesta, siempre era la misma.

-Bien, como siempre.

Y ahí acababa todo, de vuelta a la rutina y al suplicio de cada día.

Llegue a casa muy cansada, lo único que quería era estar sola asique le dije a Cristian que fuera a casa o saliera con sus amigos, que necesitaba estudiar para el Quiz de ingles que se presentaba la próxima semana.

Subí corriendo las escaleras y le eche el pestillo a la puerta, no quería que nadie me molestara y menos mi madre, ella me bombardearía con sus preguntas de porque no está Cristian hoy en casa y otras más, que solo el hecho de tener que darle respuesta me daba dolor de estomago. Mi madre podía ser muy posesiva a veces.

De pronto me encontraba sola, después de mucho tiempo estaba sola, había tenido tantas ganas de estar sola para hacer las cosas que hacía antes en mi tiempo libre, pero ahora en realidad no tenía ni la menor idea de que haría, asique pensé rápido y me dirigí a mi librero para escoger algún ejemplar para leer. Entonces miro a mi izquierda y encuentro ahí la cajita azul con unas estampadas rosas de color plateado, dejo inmediatamente el libro que automáticamente cae al suelo y la tomo, sentí un montón de emociones recorrer mi cuerpo, sentí como la primera vez que la había tocado ya hace 10 años atrás aproximadamente, cuando mi abuela Ivonne me la había regalado – cuídala bien- me había dicho, nunca dejes de soñar o esperar que algo inesperado te suceda.

Miles de recuerdos vinieron a mi memoria y las lagrimas brotaron enseguida recorriendo toda mi cara y dejándola empapada en melancolía. Sentí tanta añoranza de ella, la extrañaba tanto que incluso el dolor había vuelto a hinchar mi corazón. Me permití otra vez volver a la realidad y abrí aquella pequeña caja, llena de recuerdos familiares, joyas, interminables cartas y fotografías, pero lo principal era aquel hermoso y delicado collar del cual colgaba el escudo de nuestra familia, había estado desde 1810 en la familia y había pasado de generación en generación, la abuela siempre me contaba aquella historia cuando era pequeña, decía que cuando tuviera la edad suficiente aquel collar seria mío y todo lo que venía con el también seria mío.

Jamás entendí que había tratado de decirme con eso, pensé en algún momento que la vejez ya la había afectado demasiado y que soñaba despierta, pero pronto deseche ese pensamiento. No me gustaba pensar en ella como una anciana loca, a mi madre nunca le había gustado la cercanía que había entre mi abuela y yo, decía que me llenaba la cabeza de cosas que jamás ocurrirían en la vida real, que debía ser realista y no una soñadora.

Entonces comencé a pensar en mi vida después de que ella había muerto y me di cuenta de que cuando ella murió también murió la magia en mi, fue como si una parte de mi se hubiese ido con ella, ahora me daba cuenta que necesitaba que esa parte volviera a mi vida, pensé que cuando Cristian había aparecido en mi vida el llenaría esa parte que faltaba en mí, pero ahora me daba cuenta que había estado cegada por mi necesidad. El nunca llenaría ese vacío porque yo no estaba realmente enamorada de él solo sentí estima por él, había creído que el envolvería mi vida de magia y color, pero no, el no haría eso.

Ahora estaba segura de la decisión que debía tomar, sabía que no podía seguir mintiéndome ni mintiéndole a él con respecto a mis sentimientos, ya no podía seguir con esa farsa. Tome mi chaqueta y Salí corriendo de casa con el collar en la mano, aferrándome tan fuerte a él cómo me aferraba de la misma forma a la decisión que había tomado y estaba a punto de concretar.

No sé en realidad como fue que llegue a casa de Cristian, toque rápidamente a la puerta, pero nadie me habría entonces recordé que el dejaba siempre una llave de emergencia escondida detrás del masetero que adornaba la entrada. La tome sin pensarlo y abrí la puerta.

-Cristian, ¿estás en casa?

Me dirigí rápidamente al living, porque sentí un ruido. Cuando me encontraba ya dentro de la habitación veo a Carla y a mi novio, hasta esos momentos, besándose apasionadamente.

Me aclare la garganta y pregunte - ¿Cuándo pensabas decírmelo? – sentía que el alivio me invadía, reía en mi interior, la situación era tan cómica.

Ellos miraron hacia mi dirección y con la consternación impresa en sus rostros, rodaron hasta caer del sillón, ambos con una cara de vergüenza que no podían ni siquiera mirarme a los ojos.

-Yo puedo explicártelo todo Leticia, déjame explicarlo- dijo él, con una angustia casi que desbordaba mis ganas de reírme en su cara.

-No, para antes de que digas algo mas déjame hablar a mi – le dije, sin siquiera saber muy bien como comenzaría con mi discurso.

-¿Ah?

-Cristian, desde hace ya algún tiempo, me he dado cuenta que las cosas entre nosotros no van bien… y… quiero que terminemos. Esta situación se ha vuelto insostenible para mí.

-No, por favor no me digas eso, esto solo fue algo pasajero, ella no significa nada para mí.

Mire a la pobre chica que estaba a su lado con una cara de enfado y pena, la compadecía, me compadecía, ¿Cómo podía haber estado con un chico el cual se burlaba no solo de mí, sino de todas las chicas que ocupaban el papel de “segundona”?

-¿Cómo puedes decirme esto después de lo que acabo de ver? ¿Cómo puedes decir eso en frente de ella? ¿Qué acaso no te importan sus sentimientos? Mira entiende que no te recrimino nada, pero solo quiero que esto acabe y poder ser feliz.

En ese momento la chica me miraba como si quisiera correr y abrazarme por tratar de defenderla.

-No quiero que esto acabe – dijo él con una cara que casi parecía cómica frente a la situación.

-Pues yo si – le dije, me di media vuelta y Salí corriendo de allí.

Cuando llegue a casa mi madre estaba esperándome con una cara de pocos amigos, entonces caí en la cuenta de que él había llamado para hablar con mi madre, pensó que ella podría hacerme entrar en razón como siempre lo hacía, pero esta vez era diferente ya no me dejaría llevar por lo que ella quería que yo hiciera. Ahora era yo quien tomaba las decisiones.

-Ven aquí jovencita – dijo con su voz mandona.

- ¿Qué quieres mamá?

-Cristian me ha telefoneado, ¿cómo es eso de que has cortado con él?

- Pues sí, he cortado con él. Y eso que.

- ¿Cómo que y eso qué? Acaso no te das cuenta del error que cometes, el te quiere y se preocupa por ti, no cometas el error de votarlo solo por un capricho.

-Madre no seas melodramática, el fue solo un novio del instituto un chico que se cruzo en mi vida, nada más que eso, ahora si me permites me voy a mi cuarto.

Para mí la conversación ya había acabado, pero sabía que ella no lo dejaría hasta ahí y apenas me diera la vuelta se pondría histérica y me lanzaría un montón de cosas en las cuales tendría que pensar. En realidad la relación con mi madre siempre había sido así, creo que ella tiene miedo a que algo malo me suceda, algo que está en mi destino y ella solo está tratando de cambiar.

Me di media vuelta para dirigirme a mi cuarto y por primera vez en la historia de mi vida no me dijo nada, solo se quedo ahí, enmudecida y pensando. Al ver esa reacción me di vuelta otra vez y la quede mirando, esperando alguna cosa, una pregunta o una respuesta.

-Bueno creo que ya no puedo influir sobre ti, pero entiéndeme solo quiero que seas feliz – dijo con la mirada perdida, como si sus recuerdos la hubiesen llevado a algún lugar muy lejos de mi.

Me quede helada al escuchar sus palabras, fue como si por fin ella y yo nos conectáramos desde hace mucho tiempo que no sentía una sensación así con mi madre.

Me acerque a ella y la abrase lo más fuerte que pude, ella me devolvió el abrazo con una delicadeza y sentí por primera vez su amor; ese amor que escondía, nunca supe porque mi madre escondía sus sentimientos y creo que nunca lo sabré.

-Perdón mamá no quise hacerte enfadar – le dije mirándola a los ojos.

- No, perdóname tu a mí, mi niña creo que ya no eres la pequeña de mami, ya eres toda una mujer, que sabe hacerse respetar. Solo pensé que ese joven era una buena elección para ti.

- Está bien mamá, no estoy enojada por lo que me dijiste.

Nos volvimos a abrazar fuertemente y Subí corriendo a mi cuarto. Ahí me encerré y me quede tendida en la cama, pensando y mirando aquel hermoso collar que escondía miles de secretos e Historias de mi familia. Luego de unas cuantas horas me dormí y fui inconsciente de lo que pasaba a mí alrededor.
2 Responses
  1. Anónimo Says:

    waa!!! me ha encantado!!!!!!

    me encanta thu historia, y eso que apenas voy en el primer capitulo...
    juju... te dejo por que quiero seguir leyendo... hehe

    si tienes tiempo, pasate por mi blog...
    http://pasiones-que-matan.blogspot.com/

    PD. no creas que comente nada mas para promocionar mi blog, de verdad me encanto thu historia!!


  2. Larita Says:

    me guta pero aun estoy empezando=)
    te pasas x mi blog y me comentas k te parecio?¿
    http://worldofdreamsandillusions.blogspot.com/


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