Cap.18: Renato Ludovic D´ gostine.
Inmediatamente mi mirada quedo reducida al asombro, mi rostro mostraba claramente lo que pasaba por mi cabeza - ¡Perfecto! - simplemente aquel chico era perfecto, los pómulos altos, los ojos de un dorado que parecían oro liquido, el cabello con pequeños risos juguetones de color caramelo como el mío, labios delgados pero no por eso dejaban de ser hermosos. Llevaba puesta una camisa de color negra a rayas que marcaba sus músculos demasiado pronunciados – créanme, estaba para comérselo - combinaban unos jeans oscuros perfectamente con la parada de un tipo realmente pedante pero que en realidad no lo era, cuando me quede muda frente a su presencia me sonrió de una manera que por poco y me desmayo ahí.

-Linda, si vas a poner esa cara cada vez que aparezco creo que por lo menos deberías llevar contigo algún bastón para no caerte – dijo muy risueño.

De mi boca no salió ni siquiera un gemido, una sonrisa o alguna reprimenda, no era capaz de mirar a ningún otro lado – mejor dicho a nadie más - que no fuese… ¿Cómo lo llame? ¿Renato? ¿De dónde conocía su nombre? Antes de seguir haciéndome un montón de preguntas Samanta empezó a acercársele y rondarlo con esa mirada de “putilla” que solo ella podía emplear en un desconocido que claramente había llamado su atención.

-¿Quién eres guapito? ¿De dónde saliste? – pregunto.

-Primero “niña” no me llamo guapito, segundo eso no te incumbe y tercero podrías dejar en paz a Leticia mira que ella no está para tus estupideces tiene cosas más importantes de las que preocuparse, lo que me recuerda que debemos irnos – hablo tan seguro de sí mismo que por poco y se me desencaja la mandíbula ahí mismo por abrir tanto la boca.

Valla este tipo me empezó a caer bien, tenía dos puntos a su favor uno porque era guapísimo y el segundo claramente por poner en su lugar a la Bruja de Sam. Él tenía razón yo ocupaba mejores cosas de las que preocuparme – contando todo lo que ocurrió el día de hoy – de cierta forma me inspiraba confianza. Todos a nuestro alrededor se quedaron en silencio observando aquella
escena.

Claramente Samanta estaba que echaba chispas no solo por mi reciente aparición sino también por el comentario de mi “rescatador” – era gracioso pensar de esa forma – realmente sentía una conexión algo rara incluso fuera de mi razonamiento, era como si lo conociera de toda la vida, como si alguna partecita de mi gritara que Renato pertenecía a mi mundo tanto como yo al de él.

Extendió su mano como un caballero del Renacimiento y yo sin pensarlo dos veces entrelace mis dedos como lo había hecho con la mano de Cristian, por supuesto él se tenso y no soltaba mi otra mano, no me dejaba libre.

-Leticia suelta a ese tipo – dijo firme y algo ofuscado.

-Para tu información chiquillo este “tipo” tiene nombre – Renato hiso una pausa y prosiguió – Que descortés de mi parte no presentarme, Soy Renato Ludovic D´gostine pero claro ese nombre es solo para los amigos y tú claramente no perteneces a ese círculo.

Otro punto para Renato - ¡Sí que es genial! – me dije mentalmente mientras le sonreía como una boba.

-Ahora querida debemos retirarnos, ¿Vamos? – pregunto dándome una sonrisa tan sexy que me helo el vello de la nuca.

-¡Claro! – conteste demasiado animada, mi voz me delataba completamente.

-Pero Leticia no puedes irte con un desconocido – reclamo Cristian.

-Oh no te preocupes, Renato es un amigo… uh… de Emilia ¿no es cierto Renato? – pregunte rápido, sabía que si no le daba algún tipo de explicación a Cristian este llamaría a mi madre y claramente no era una buena idea.

-Por supuesto – respondió de inmediato, al parecer mi nuevo acompañante entendió la indirecta.

Tenía muchas cosas en las que pensar pero más aun me intrigaba este chico y no lo dejaría ir así como así, el me conocía a mi – o al menos mi nombre – asique no me quedaría con las ganas de saber que ocurría. Todo se volvía tan complejo en mi vida que ya no importaba mucho si le agregaba un nuevo problema – un problema muy guapo – sí, lo sé no debería pensar en eso pero y ¿Qué? Vladimir era un idiota, lo que en su momento sentí por William no era nada realmente, Caleb me rechazo botándome de su casa y ahora tenía la oportunidad de conocer a este chico que al parecer era el mejor de todos los anteriores ya nombrados.

Cristian soltó mi mano y yo sin siquiera dirigirme a darle un gracias por sacarme de las “garras” de Vladimir me fui con una sonrisa de cinco metros de ancho al lado de un desconocido totalmente guapo y misterioso.

Caminamos un par de cuadras tomados de la mano como si fuese lo más normal del mundo yo había logrado – con mucho esfuerzo – dejar de mirarlo pero aun sentía su mirada fija en mí, me observaba intrigado, mirando hasta lo más insignificante. De repente esto me empezó a molestar, mi aspecto era horrible y el no paraba de mirarme, me ofusque un poco, solté su mano me pare en seco y con las manos en mi cintura lo mire de frente regañándole.

-¡Quieres dejar de Observarme así! Me pones de los nervios – le dije gruñona.

El sonrió, subió su mano derecha a mis pómulos acariciándolos de una forma tan tierna y paternal que me sonroje como un tomate. Sus dedos se paseaban por todo el contorno de mi rostro, luego iban hacia mi cabello despeinado tratando de ordenarlo y peinarlo con sus dedos suavemente. Mi corazón daba brincos con una inexplicable felicidad pensé que aquella escena duraría por siempre en silencio cuando por fin hablo.

-Eres tan hermosa – se pauso para dedicarme una última mirada y me abrazo tan fuerte como si nunca quisiera dejarme ir – te extrañe tanto pequeña.

-¿De qué va esto? – las palabras salieron disparadas por mi boca.

-¿A qué te refieres? ¿A lo que te has vuelto tan hermosa o a lo de que te extrañe? – pregunto él separando nuestro abrazo.

-Yo no te conozco… Tú… - mis palabras se vieron interrumpidas por el agarre que me lanzaba a otro cuerpo que claramente estaba cerca de nosotros y yo no había notado.

-¡Aléjate de ella! ¡No vuelvas a tocarla en tu vida! – gruño esa voz que se había vuelto tan familiar en estas últimas semanas.

Era como si estuviese en un concurso de machotes o se creerían de la prehistoria. Hoy me zarandeaban de un lugar a otro sin siquiera yo quererlo.

Vladimir me tenia agarrada a él con tal fuerza que me estaba lastimando. Era tan posesivo su agarre que me dio miedo.

-Vladimir suéltame ¡Me lastimas! – le grite tratando de deshacer la presión de sus manos.

-¡Suéltala idiota! – dijo Renato mientras le mandaba un puñetazo a Vladimir.

Él me soltó de inmediato cuando yo sin siquiera quererlo me puse a llorar como una niña, mis reacciones estaban implícitas por todo lo que ocurría a mí alrededor en este corto tiempo.

Vladimir me miraba preocupado y avergonzado por su repentino ataque de furia mientras que él tal Renato me abrazaba explicando que todo iría bien ahora que el regresaba a mi lado, no tenía ni la menor idea de lo que trataba de expresar pero no me importaba, yo no lo conocía, solo quería volver a estar tranquila y en paz – Caleb – como siempre mi mente viajaba de nuevo a los recuerdos que tenia junto a la única persona que me daba Paz este último tiempo. Al recordarlo llore con más ganas y desesperación.

-Leticia… yo lo siento, no fue mi intensión asustarte – dijo Vladimir claramente avergonzado.

-Idiota mira como se ha puesto por tu culpa.

Yo ni quiera quería decirles que se callaran, separe mi cuerpo del abrazo de Renato y me acerque abrazando a Vladimir – Piensas en él como si fuera Caleb – me decía mi mente respondiendo a mi agitado corazón, me sentía morir y la verdad no tenía ni idea porque, tal vez todos los sentimientos que me había guardado durante tantas semanas ahora fluían a través de las lagrimas. Me aferre tan fuerte a Vladimir temiendo también perderlo a él como había perdido a Caleb, mi llanto se transformo en jadeos desesperados buscando aire.

-Tranquila, todo va bien estás segura ahora cariño – hablo con su voz más dulce.

No conocía esta faceta de Vladimir pero me gustaba sentirme segura, realmente él no era tan mala persona como yo pensaba solo un poco gruñón y odioso pero no era un completo idiota. Levante mi mirada y le hable entre jadeos.

-Me lo pro-me-tes – dije entrecortadamente y con un poco de hipo.

-Sí – contesto mirando fijamente a mis ojos, el verde de su mirada se convirtió en una flama de fuego junto con la intensidad de sus palabras, olvidándonos de la presencia de Renato se acerco a mi abrazándome tan fuerte que me costaba respirar. Fue un abrazo en el que se mostraba desesperación de parte él, que se vio opacado por la presencia de aquel desconocido.

-Ahora si no fuera mucho pedir, suéltala si no quieres otro puñetazo en tu rostro.

Deshicimos nuestro abrazo pero en ningún momento me aparto lejos como yo esperaba que lo hiciera.

-¿Qué quieres? ¡Deja de fastidiarnos la noche! – dijo Vladimir.

-Y tú deja de tener ese tipo de pensamientos hacia Leticia, ella no es de ese tipo de “chicas” – me miro preocupado y luego siguió dirigiéndose a Vladimir – y lo que quiero es hablar a solas con ella.

La cara de Vladimir demostraba incredulidad y vergüenza, la mía no lo sé pero si tenía claro que no entendía nada de lo que decían, a que se refería Renato diciendo que yo no era esa “clase de chicas” ¿Acaso me perdí de algún chiste?

-No.

-Deja que ella decida y no influyas en sus emociones – fue una advertencia.

Mi respuesta seria sencilla, lo único que quería era salir de allí y estar en casa tranquila para entregarme en los brazos de Morfeo, deseaba tanto apoyar mi cabeza en mi cómoda almohada y sumirme en la inconsciencia.

-Lo siento pero no te conozco – lo mire apenada - ¿Puedes llevarme a casa? – me dirigí a Vladimir tratando de sonreír.

-Te llevare a un lugar mejor.

Cuando aparte mis ojos de los de él trate de buscar una respuesta para Renato, después de todo en cierta forma el me había ayudado con lo de Cristian y la bruja de Sam, casi como llego se esfumo, no estaba por ninguna parte. Me sobresalte y mi acompañante me dedico unas palabras para tranquilizar mis nervios.

-Tranquila ya se ha ido… - se pauso mientras yo volvía a mirarle - Te vez fatal mejor te saco de aquí.

Sin contestarle me alzo como un bebe llevándome unas cuantas cuadras más hasta llegar a un servicio de taxis, dejándome en pie por un momento se deslizo hasta la chica que atendía y le pidió - demasiado “amable” - que le consiguiera algún auto con vidrios polarizados. No tenía ni la menor idea de porque exigió eso pero la verdad no me importaba estaba tan abstraída en mi cabeza que apenas note cuando volvió a alzarme como un bebe y se sentó en un cómodo sillón – conmigo en su regazo - que estaba en aquella pequeña oficina. Estaba muy intranquila, mi cuerpo temblaba por el frío y las emociones resientes, inconscientemente me encontré tomando la mano de Vladimir entre mis dedos dibujando extrañas formas, mientras apoyaba la cabeza en su hombro acurrucándome a él, esto lo tomo desprevenido por una fracción de segundo, rápidamente comenzó a cepillar mi cabello con sus manos acariciándolo de la misma forma en que Renato lo había hecho aunque no se sentía de forma paternal, era todo lo contrario.

Un montón de preguntas me golpeaban mientras los segundos pasaban a su lado ¿Cómo era posible que en la anterior hora nos hubiésemos odiado a muerte y ahora nos encontráramos así? ¿Qué le sucedía a mi cabeza? ¿Por qué lo odiaba y le quería al mismo instante? ¿Quién era Renato? ¿Por qué sentía que lo conocía de algún lugar? Y ¿Qué pasaba con Caleb? ¿Por qué me odiaba? ¿Acaso ya no le importaba? Sin pensarlo le pregunte a Vladimir el porqué de sus reacciones.

-¿Por qué me odias? – susurre mientras seguía dibujando con mi dedo índice en su mano.

-¿Odiarte?

-Sí – susurre aun más bajito.

-No te odio, jamás lo haría.

-Entonces ¿Por qué te comportas de esta forma conmigo?

Suspiro mientras yo aguardaba su respuesta.

-Hay cosas que simplemente tu no entenderías, pronto te las explicare pero por ahora solo quiero que sepas que no te odio es solo… - volvió a suspirar.

-¿Es solo? – pregunte curiosa.

-Que Tú vives para torturarme.

Me quede silenciada por su respuesta, no esperaba que fuese tan sincero y a la vez doloroso ¿Cómo que yo le torturaba? Si era al revés, era él quien me torturaba con sus caprichos de niño bonito, con sus jugarretas y mentiras, nunca me explicaba nada de lo que ocurría. Pasaron unos diez minutos en silencio antes de que llegara el vehículo que nos llevaría a casa no tenia deseos de moverme asique él me cargo y subió al auto conmigo en brazos, le paso un papel al chofer con la dirección de nuestro destino arrancando el motor para abandonar el centro de la ciudad. Poco a poco me fui perdiendo el recorrido.

-¿Leticia? ¿Leticia? – escuchaba una voz cerca de mi oído.

-mmm… - me queje.

-Hemos llegado, debemos bajarnos.

Abrí mis cansados parpados para ver su rostro tan cercano al mío, sentía el olor de su cuerpo y su respiración golpeándome en mi interior, trate de despejar rápido la mente soltándome de su hechizo, baje como pude del auto y me encontré frente al jardín de la casa de mi abuela.

-¿Qué hago aquí? Te dije que debía ir a casa – lo rete.

-Estas en casa – contesto.

Sus palabras me devolvieron a los años en que llamaba este lugar mi hogar, mi casa, mi refugio cuando la abuela estaba viva. Los recuerdos me abofetearon y sentí una pena tremenda pero en realidad Vladimir logro tener razón, este era mi verdadero hogar aunque la persona que más necesitaba en este instante ya no estuviera cerca de mí.

-¿Estás muy cansada? – pregunto.

-La verdad sí.

-Creo que mejor entramos por la puerta trasera a escondidas.

-¿Me quedare aquí?

-Por supuesto ¿Dónde más? – dijo burlón.

-Hey ¿Cuál puerta trasera?

De pronto recordé que en aquella casa no había una puerta trasera más que la de la cocina y esta daba directamente al comedor de la casa ¿Cómo pasaríamos desapercibidos? Lo mire ceñuda mientras el reía y me dirigía de la mano hasta el gran roble por el cual yo me había escapado.

-¿Vienes? – pregunto mientras empezaba a trepar por el árbol.
9 Responses
  1. Gracias por Subir el cap ^^
    Me encanta la historiaaaaaa!

    Babaaai xD


  2. uuy!!..k boniiito!!Renato parecía el chico perfecto!!..pero Vladimir más..jaja...me encanta tu istoria...
    sigue asi...grax x el cap.
    y sube mas..xfaa!!!
    grax....kisses


  3. Lia Correa Says:

    wowwwwww
    sabes me facina tu historia
    espero que subas pronto el proximo capitulo!!
    Bss
    Linita


  4. Andre*a Says:

    aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa son gritos de alegria y mas intriga k antes!!
    angels postea pronto tengo muchas preguntas k acer, kien es realmente renato? donde sta caleb?...aaa y mas preguntas, no me dejes asi con mu celebro lleno de misterio!!!
    cuidate mucho y este capitulo me gusto mucho y como renato le dijo esas cosas a Sam era para celebrarlo, bueno dejo de escribir xau y cuidat mucho!!

    andree*a


  5. Zaida Says:

    olaa!!! bueno, lo primero, gracias por seguirme!! y lo segundo, aun no e leido tu historia, pero te aseguro que lo haré en breve =p bueno, bss =3


  6. Eliel Says:

    hola!!! me encanta tu historia!! está muy interesante!!! =) pasate por la mía que acabo de empezar por favor!!! gracias =P


  7. Anónimo Says:

    ola
    asta oi aki
    acabo d akbar d leer
    i wow O.O *.*
    kiiero leer el cap 19
    ya!!!!!!!!
    sq en vrdd me nknta tu historia!!!!!
    i aa como leticia conoc a renato ja en el cap 17 nuz djast asi *.* nadie sabia kien era renato pro aun asi noc kien es ja bnu spro q publiqs pronto el cap 19 zaz
    publiko como anonimo el coment porq se me olvido mi contraseña d cuenta google daaa pro bnu ia sabz q soi itzel fiel lectora :)bnu besos ciao


  8. Anónimo Says:

    waa!!
    me a encantado...ajajaja.. te kemas a stephanie meyer...jajaja
    me encanto.. no habia vuelto a commentr por que stba super prendidasma leyendo jajaja

    me encanto... kiero leer el cap 19

    porfa.. publica pronto!!!!


  9. acabo de leer los capis que colgaste de un tirón, me encanta como escribes!!!!! bsssssssssss

    te enlazo para seguirte


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